Lo ideal para aprender español de forma metódica es que la niña o el niño asista a clases, por ejemplo, en el Instituto Cervantes. Si en tu caso no es posible porque no hay en tu ciudad o simplemente te queda lejos de casa, siempre hay alternativas.

En mi caso decidí enseñar a mis niños desde casa yo misma siguiendo la misma metodología y literatura que se utiliza en España. Lo que quería conseguir es que mis niños no sólo sepan hablar español, sino que también sean capaces de escribirlo sin faltas de ortografía, sepan pronunciar todos los fonemas de manera correcta, tengan un buen vocabulario y se familiaricen con la literatura en español.

Sí, hay que dedicarle tiempo. Y… sí, los niños algunas veces no tienen muchas ganas, pero si se integra bien en la rutina del día a día con poco esfuerzo se consiguen resultados buenísimos. Aunque he de decir que depende mucho de cómo sea la configuración idiomática en la familia.

Nosotros en casa hablamos español y alemán. Mis niños cuando eran pequeños hablaban español entre ellos, pero a los tres años de edad el alemán se convirtió en su idioma de jugar y de comunicarse. Con su padre hablan en alemán y conmigo también. Yo les contesto en español.

El español es su lengua madre y están en contacto con ella desde su nacimiento. Viajamos regularmente a España y con muchos miembros de la familia sólo pueden comunicarse en español, así que sería muy improbable que olvidaran el español. Sin embargo, el alemán es predominante en el día a día.